Seguridad activa y pasiva en el coche

¿Te has parado a pensar alguna vez en todos los pequeños detalles que te protegen mientras conduces? La seguridad activa y pasiva de tu coche es el punto más importante y cada año se introducen nuevas mejoras en seguridad.

11.12.2018

Airbag

1. La seguridad como factor más importante

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El progreso y las innovaciones en materia de seguridad han ayudado a inaugurar todo un nuevo capítulo en la historia de la conducción y de la tecnología automovilística. Tan solo hay que echar la vista atrás para darse cuenta del cambio y de la evolución; aquellos vehículos de décadas atrás, equipados a lo sumo con cinturones de seguridad, nada tiene que ver ya con los que se diseñan y fabrican a día de hoy, donde encontramos incluso asistentes automáticos (como el sistema eCall) que pueden salvar nuestras vidas.

Las normativas y legislaciones relativas a seguridad en las carreteras asumidas en estas últimas décadas, con el único fin de reducir la siniestralidad en las vías europeas, han sido las principales responsables de este cambio en la seguridad del coche. Desde entonces, las muertes en carretera se han reducido en gran medida, a pesar de que sigue siendo unas de las principales causas de muerte en nuestro país.

En cuanto a la seguridad, en automovilística se diferencia entre dos variedades de elementos según sus funciones: la activa y la pasiva. ¿Cómo podemos diferenciarlas? Sencillamente, atendiendo al momento en el que actúan; la seguridad activa lo hace antes del accidente, mientras que la pasiva entra en juego una vez ha tenido lugar el siniestro.

2. La seguridad activa del coche

Se define la seguridad activa como todos aquellos elementos del vehículo que contribuyen a proporcionar la eficacia y estabilidad necesarias para evitar en la medida de lo posible un accidente de tráfico.

Estos elementos son todos los que trae el vehículo de serie, siempre respetando las normativas de seguridad internacionales y nacionales, y que se disponen de la forma en que el fabricante considera. El principal cometido de la seguridad activa es, como hemos avanzado antes, evitar que se produzca un accidente o colisión. Cada año surgen nuevas innovaciones a este respecto y los vehículo de última generación se equipan con la tecnología más avanzada; prueba de ello es que a día de hoy contamos con sistemas como el de detección de obstáculos, el ABS (Antilock Break System, sistema de antibloqueo de ruedas), el sistema de asistencia a la frenada de emergencia (BAS, brake assist system), el ESP (Electronic Stability Programme, programa electrónico de estabilidad), la dirección asistida, el control de tracción (TCS, Traction Control System), entre otros muchos.

A grandes rasgos, los elementos más comunes respecto a la seguridad pasiva son los siguientes:

  • Sistema antibloqueo de frenos (ABS).
  • Programa electrónico de estabilidad (ESC).
  • Control de presión de los neumáticos.
  • Control de velocidad activo (ACC).
  • Sistema de frenado de emergencia automática (AEB).
  • Alerta por cambio involuntario de carril.

3. La seguridad pasiva del coche

Por otra parte, se denomina seguridad pasiva al conjunto de elementos que entran en juego una vez ha sido inevitable el accidente, con el fin de minimizar las lesiones de los ocupantes del mismo.

Forman parte de esto las partes del propio vehículo, como la carrocería y el chasis, que son el primer elemento en absorber la fuerza del impacto tras la colisión. El extensor del cinturón de seguridad del coche es otro de los más importantes, ya que evita que el ocupante salga despedido y minimiza el riesgo de lesiones de gravedad causadas por elementos externos. El airbag, por su parte, evita que el cuerpo impacte contra el habitáculo del vehículo. Los reposacabezas reducen el llamado “latigazo” o lesión cervical que afecta el cuello y la espalda de la persona. Los cristales, además, están diseñados de tal forma que los delanteros eviten resquebrajarse y lanzar astillas contra los ocupantes, mientras que los traseros son más débiles y fáciles de romper, para que sean usados como posible salida.

En resumen, la seguridad pasiva queda quizás más a la vista y es más fácil de identificar para el usuario:

  • Cinturón de seguridad o, en el caso de las motos, casco.
  • Sistemas de retención infantil (SRI).
  • Reposacabezas.
  • Airbag.
  • Cockpit: habitáculo rígido, pero con superficies interiores acolchadas y sin aristas.
  • Pedales y columna de dirección colapsables: para que se deformen y no invadan el espacio del conductor.
  • Protección de peatones: elementos como paragolpes y capó deformables, o sistemas de elevación del capó en caso de impacto.

4. La seguridad en el caso de los más pequeños

Los niños pequeños y adolescentes son los que más pueden sufrir en caso de accidente. Es por ello que contar con medidas de seguridad especiales para ellos es fundamental y necesario, tanto en el caso de trayectos cortos como de largos. Las sillas de seguridad del coche adaptadas para cada edad son obligatorias y pueden suponer la gran diferencia. Los sistemas de retención infantiles cuentan con diferentes categorías según la edad, y se dividen en grupos que van desde el 0 (para menores de hasta 12 kg) hasta el 3 (para entre 22 y 36 kilos).

5. Conclusión

La seguridad pasiva y activa del coche nos ayudará a que, en caso de un siniestro, no suframos grandes lesiones o pérdidas. La industria automovilística sigue y seguirá desarrollando nuevos sistemas de seguridad que eviten, quizás en un futuro cercano, reducir la tasa de siniestralidad a 0. Un ejemplo de ello son los sistemas de conducción autónoma o la implementación de la inteligencia artificial a la conducción, gracias a los cuales, sin lugar a dudas, podremos observar grandes novedades a este respecto y viajar sin preocupaciones.