Las multas de tráfico por velocidad son, por lo tanto, la principal pesadilla de los conductores por la cantidad de radares instalados y por la cuantía de las penalizaciones impuestas. Por ello, cuando salimos a la carretera queremos evitar ser cazados rebasando algún límite de velocidad. Pero, ¿cómo?
La principal vía para evitar las multas de radar es la más obvia: respetar escrupulosamente los límites de velocidad. No obstante, dada la precisión con la que estos aparatos funcionan, un pequeño exceso sobre la velocidad permitida puede derivar en una multa. Para ello, conviene que conozcas en qué punto se sitúan los radares, para ser especialmente cuidadoso en esos tramos. También deberás informarte sobre el tipo de multas por radar y las sanciones que acarrea cada una de ellas, tanto en lo que respecta al importe que deber abonar, como en lo tocante a los puntos que serán retirados. Por último, para quienes ya han recibido multas de tráfico por exceso de velocidad, queda la posibilidad del recurso. Aunque este proceso no es fácil y no hay demasiadas posibilidades de que el recurso prospere, en algunos casos sí culmina con éxito. De hecho, no han dejado de surgir compañías especializadas en recurrir multas. Te contamos cómo funciona este proceso.
1. Tipos de radares y su situación
Dada la alta tasa de siniestralidad atribuida al exceso de velocidad, la Dirección General de Tráfico ha convertido el respeto a las limitaciones de velocidad en su principal caballo de batalla. Y, para ello, los radares que miden la velocidad son uno de sus métodos estrella. Existen diversos tipos que te conviene conocer si quieres evitar pagar multas de tráfico:
- Radares fijos. Son los que podemos ver metidos en cabinas o pequeñas torres en los márgenes de las vías de circulación. También pueden colocarse en pórticos o postes. Los radares fijos deben estar siempre debidamente señalizados. Incluso la DGT facilita la información sobre dónde están colocados para que cualquiera pueda consultarla.
- Radares móviles. Estos, a diferencia de los anteriores, necesitan de una persona que los opere. Se suelen situar en coches camuflados o en coches oficiales de la Guardia Civil, tanto en movimiento como estacionados en puntos estratégicos.
- Radares de tramo. Se trata de radares más fiables que los fijos pues, en lugar de calcular la velocidad al paso por un determinado punto, hallan la velocidad media de un tramo concreto. Para ello, registran el momento en que pasamos por un punto A mediante una cámara de visión infrarroja con un sistema de reconocimiento de caracteres incorporado. Cuando un coche pasa por debajo de esta cámara, se lee la matrícula y se registra la fecha y la hora exacta. Se recorre entonces en tramo sobre el que hay establecido un límite de velocidad y, al pasar por el punto B, una nueva cámara, conectada con la anterior, vuelve a registrar la fecha y la hora en que el mismo vehículo cruza ese punto. Si el tiempo transcurrido es inferior al tiempo marcado (distancia del tramo partida por la velocidad máxima permitida), la información se envía a la DGT donde se impondrán las multas por exceso de velocidad pertinentes.
- ”Foto-rojo”. No se trata de un radar de velocidad, sino de una máquina que registra cuando un conductor se salta un semáforo en rojo.
- Helicóptero Pegasus. Este aparato se utiliza para detectar si se produce conducción temeraria en una determinada vía. Cuenta con dos cámaras dedicadas a esta labor de vigilancia. Una de ellas es panorámica y se usa para seguir y captar la velocidad. La otra, es una cámara capaz de leer la matrícula del conductor que está cometiendo la infracción registrada por la primera cámara. El equipamiento del Pegasus es capaz también de calcular la velocidad media. La información recabada, al igual que en el caso de los radares al uso, se remite a la DGT para la pertinente multa. No obstante, si la conducta detectada fuera constitutiva de delito, se contactaría directamente con la Guardia Civil para que interviniese y pusiese fin a una conducción que pone en riesgo la propia vida y las ajenas.
2. Infracciones por exceso de velocidad
Hay distintos tipos de multas de tráfico por velocidad excesiva. Van desde las graves sin retirada de puntos, a las muy graves castigadas con 600 euros y la retirada de 6 puntos. Te resumimos toda la información en la siguiente tabla de multas por exceso de velocidad. No obstante, el exceso de velocidad se considera un hecho tan grave que incluso puede ser constitutivo de delito. Las multas de radar impuestas por rebasar el límite de velocidad permitida en 60 km/h en vía urbana y en 80 km/h en vía interurbana pueden acarrear, además, como castigo la realización de trabajos en beneficio a la comunidad y la retirada del permiso de circulación por un plazo de entre uno y cuatro años. Así que, como ves, conviene pensárselo antes de conducir con exceso de velocidad.
3. Cómo recurrir multas de radar
La Dirección General de Tráfico pone una media de más de 10.000 multas al día, sin tener en cuenta las que son impuestas por otras administraciones como, por ejemplo, los ayuntamientos. A pesar de nuestros consejos, ¿Has sido tú uno de los conductores sancionados? No te preocupes. Existe la posibilidad de que te retiren esta multa. La existencia de defectos de forma, el incumplimiento de los plazos o la declaración de un agente pueden ser grandes armas a la hora de recurrir una multa por radar o por cualquier otra infracción.
Recurrir una multa por radar puede parecer una tarea complicada, pero es posible. En términos generales, las multas de tráfico por velocidad siempre te darán la opción de redactar un escrito negando los hechos de los que se te acusa. Si has sido multado en la carretera, deberás enviar este escrito a la Dirección General de Tráfico, el Servei Catalá de Transit en Cataluña o Trafikoa en el País Vasco, pero si la multa te la han puesto mientras circulabas por la ciudad, deberás dirigirte al ayuntamiento correspondiente. En este escrito con las alegaciones, pregunta por todas las pruebas. En el caso de que sean multas de tráfico por exceso de velocidad, o por saltarte un semáforo, la fotografía que te hayan hecho será clave. Si la imagen la ha tomado un radar, en ella solo debe poder verse tu vehículo y la placa debe ser perfectamente visible. Comprueba si el día y la hora coinciden con la fecha real. Cualquier error en estos términos sería un defecto de forma con el que podrías dar fundamento a un recurso.
4. La fiabilidad de los radares
A la hora de recurrir una multa por radar, hay muchas cosas que puedes tener en cuenta, pero la primera de ellas, por simple que pueda parecer, es el funcionamiento de la máquina que registró tu supuesta infracción. Los radares y las cámaras de los semáforos, deben tener un certificado de homologación que puedes solicitar, para comprobar que estos aparatos están en regla. A veces su funcionamiento no es totalmente correcto o pueden encontrarse incumpliendo algún requisito fundamental, así que comprueba todo correctamente para estar seguro.
Para recurrir una multa hay que estar muy atento a los pequeños detalles que pueden resultarte clave para evitar el pago de una sanción que consideras inmerecida. Otro consejo que puedes seguir, en cuanto al funcionamiento de los radares, es comprobar que la máquina se encuentra siempre fuera de la calzada. Nunca pueden estar en el arcén o en plena carretera, ya que esto sería otro de los motivos que podrías alegar al hacer una reclamación.
Otro de los elementos a los que puedes prestar atención es la fotografía. Esta, es la principal prueba que se nos tiene que adjuntar para alegar que nos ha cazado un radar. La fotografía debe hacerse sin la utilización del flash ni cualquier otro tipo de elemento que pudiera provocar deslumbramiento o que pudiera poner en peligro la seguridad de los conductores. De la misma manera, en la foto solo puede aparecer nuestro automóvil y debe poder verse la matrícula con total claridad para evitar confusiones o dudas.
5. Posibles defectos en la notificación
Otro elemento que hay que tener en cuenta si quieres saber cómo recurrir una multa, es la posibilidad de que haya algún tipo de defecto en la notificación. Puede darse la situación de que la sanción no haya sido notificada al domicilio del supuesto infractor, pero que más adelante si llegue la reclamación de la deuda por parte de la Agencia Tributaria. Este caso se produce cuando la administración envía la sanción directamente al domicilio que la DGT facilita como aquel en el que el coche implicado está registrado, sin comprobar que ese es también el lugar de residencia del conductor. Sucede que el Comisariado Europeo del Automóvil, informa de que las autoridades tienen la obligación de indagar el domicilio correcto para notificar una multa. De manera que, si te han reclamado la deuda pero no te notificaron la sanción por la vía administrativa, puedes pedir que se revise el expediente y por lo tanto, podrías recurrir esta multa por radar.
Tampoco tendría validez legal si se diera el caso de que te notificasen una sanción a través del tablón digital TESTRA (sobre el que puedes encontrar más información en nuestra página web). Solo podría considerarse notificadas las multas por radar notificadas por esta vía si la administración ha intentado encontrarte sin éxito, al no poder encontrar un domicilio al que enviarte la multa, o también si la multa ha sido enviada al menos dos veces por correo certificado sin obtener ninguna respuesta.
Existe también otro error de notificación que a veces se produce en pequeños ayuntamientos y que puede ser un buen motivo para recurrir una multa por radar. Si no fuiste parado en el mismo momento para notificarte la sanción, cuando la recibas en tu domicilio, te tendrán que pedir que identifiques al conductor del vehículo. Si esto no sucede y eres denunciado directamente, están incurriendo en lo que se conoce como atribución arbitraria de responsabilidad. Todos estos casos hacen referencia a la dificultad que puede existir para que te localicen, pero ten muy presente que nunca jamás puedes justificar el impago de una sanción alegando que no sabes dónde se pagan las multas de tráfico
6. La ratificación del agente de movilidad
Y todavía existen más opciones para recurrir una multa por radar, ya que podría darse la situación de que el agente de tráfico encargado de tu caso, no se ratifique en la acción penada. Esto se puede deber, por ejemplo, al hecho de que existan pruebas gráficas que examinar y el agente haya cambiado su declaración. En estos casos, lo mejor es que solicites el informe con la ratificación que este agente haga de lo sucedido. Puede darse igualmente la situación de que el agente hubiera extraviado el expediente, con lo que podrías alegar una falta de pruebas. También podría suceder que hubiera una prescripción de la multa de tráfico porque el agente no facilite su declaración a tiempo. En este caso, la multa se podría dar por caducada. Y, aunque te pueda parecer extraño, los expertos confirman que esta es una de las mayores razones por las que se anulan sanciones hoy en día.