1. ¿Qué es el consumo medio de un coche?
El consumo medio de un coche mide la cantidad de carburante que requiere tu coche por kilómetro. Se determina a través de un sistema de homologación internacional, que sirve para medir cuánto consume un determinado modelo en un entorno urbano, interurbano y mixto, y resulta de vital importancia para muchos conductores ya que, en función de lo que consuma un coche, se decidirán por un modelo u otro dependiendo de cuál se ajuste más a su bolsillo y previsiones económicas.
En la actualidad existen tres sistemas de homologación para vehículos ligeros en el mundo, correspondientes a los tres grandes mercados de producción automovilística: el sistema europeo, el americano y el japonés.
Uno de los principales problemas del consumo de los coches es que muchos conductores, una vez adquirido el coche, caen en la cuenta que la estimación asociada al vehículo puede diferir de la realidad, en ocasiones de manera muy acusada. Esto es así porque los test de homologación se llevan a cabo en entornos cerrados y no en circunstancias de tráfico reales, simulando las paradas, aceleraciones y arranques que tendrían lugar en la vida real pero poco más. Es decir, no miden la cantidad de pasajeros del coche, o la temperatura exterior, amén de otros elementos que pueden tener un papel relevante a la hora de calcular el combustible.
A pesar de todo, y como cada modelo en el mercado debe superar el mismo test de homologación, aunque el consumo medio de tu coche difiera del que veas sobre el papel, las cifras sirven igualmente de referencia para comparar distintos vehículos. Es decir, un modelo de coche de bajo consumo siempre consumirá menos que otro de mayor consumo, aunque las cifra no sean 100% exactas en la práctica.
2. Cómo calcular el consumo del coche
Oficialmente, los niveles de consumo del coche se calculan en base a tres valores: consumo en un entorno urbano, interurbano y mixto, simulando el comportamiento del vehículo en cada uno de ellos sobre un banco de rodillos en un espacio cerrado y controlado, a temperatura ambiente, y con una sola persona en el interior.
El sistema europeo de homologación es idéntico para todos los países de la Unión Europa, y estipula que todos los modelos del mercado deben someterse a él, incluidas las distintas versiones del mismo modelo, ya que en ocasiones pequeños cambios en el equipamiento pueden alterar el resultado del test.
El cálculo del consumo del coche en la vida real dependerá siempre de una serie de aspectos variables que afectan directa o indirectamente a las capacidades del coche, y que no pueden medirse con certeza en un test. Entre ellas por ejemplo el número de pasajeros y la carga que lleves en el maletero o la baca del coche, así como las características de la ruta, la cantidad de tráfico o las condiciones meteorológicas.
Para hacer una estimación del consumo medio de tu coche en carretera, lo mejor es que intentes recrear las circunstancias de conducción habituales y planees un trayecto de 100 Km, a poder ser de ida y vuelta, para poder repostar en el mismo lugar antes y después del viaje y así comparar las cifras.
Una vez definida la trayectoria, llena el depósito de carburante y pon el cuentakilómetros a cero. Conduce con normalidad en el trayecto elegido, y vuelve a llenar el depósito al final del trayecto. La diferencia entre el depósito lleno y lo que has gastado en el viaje es lo que consume tu coche aproximadamente a los 100 Km, por lo que solo deberás aplicar una regla de tres para averiguar cuánto gasta un coche por kilómetro.
¿Cuánto consume mi coche en ciudad? Puedes hacer el mismo test en ciudad, partiendo del depósito lleno y el cuentakilómetros a 0, y volviendo a llenarlo una vez alcances los 100 Km de conducción urbana. Repite el proceso cuatro o cinco veces para obtener una medición aproximada más acertada.
3. Cómo hacer que el coche consuma menos
El secreto para hacer que un coche consuma menos es conducir siempre de la manera más eficiente y económica posible, algo que no siempre es fácil en ciudad, donde el tráfico cambia cada día dependiendo de la ventana horaria. En carretera, en cambio, no hay que pisar el pedal de freno del coche con tanta frecuencia, y se pueden mantener la misma marcha y velocidad constantes, además de conducir en marchas más largas.
- Tanto si vas a conducir en carretera como en entorno urbano, es importante que planees bien los trayectos para evitar circunstancias que disparan el consumo del coche, especialmente en zonas con mucho tráfico. Un buen consejo para circular en ciudad es tomar circunvalaciones que te permitan acceder a las distintas zonas de acceso al centro en lugar de atravesarlo.
- El correcto mantenimiento del coche también favorece que el consumo se sitúe en lo más bajo del espectro indicado por el fabricante en lugar de dispararse. Lleva a cabo revisiones periódicas y no descuides el nivel de los líquidos del coche, especialmente el lubricante. Los neumáticos también deben estar a la presión indicada por el fabricante.
- Si el coche consume más en ciudad que en carretera es principalmente porque el tráfico obliga a aumentar y reducir la marcha, especialmente si dejas el coche al ralentí a menudo. Frenar, en lugar de dejar que el coche pierda velocidad quitando el freno del acelerador, o acelerar de forma constante también tienen un impacto importante en el consumo.
- Igualmente, es importante embragar correctamente y no poner el coche en movimiento inmediatamente después de arrancar (es mejor que esperar unos segundos hasta que el motor adquiera la temperatura correcta), y, una vez en marcha, intentar cambiar las marchas sin forzar el coche.
¿Qué coches consumen menos? Por pura lógica los coches más pequeños y ligeros presentarán un consumo inferior que los más pesados. Además, un vehículo diesel suele ser más caro que uno de gasolina, por lo que deberás calcular el gasto del coche de antemano aunque te resulte más barato en el repostaje.