Amaxofobia: el miedo a conducir

Es un trastorno más común de lo que parece y el estrés asociado a la vida urbana no favorece su desaparición. ¿Has oído alguna vez hablar del miedo a conducir? ¿Lo has experimentado en tu propia piel? Diagnosticar la amaxofobia a tiempo y conocer los síntomas que la causan podrá ayudarte, a ti o a otros conductores, a aumentar la seguridad en la carretera.

15.02.2019

Amaxofobia o miedo a conducir
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1. ¿Qué es la amaxofobia?

La amaxofobia es un trastorno de la ansiedad que produce un miedo irracional a conducir y que puede provocar incluso ataques de ansiedad y pánico mientras se está al volante. Esta fobia puede ir creciendo si no se trata debidamente y a tiempo y convertirse en un auténtico problema, tanto al volante como en la vida personal y social.

Pero ¿por qué se produce? ¿Qué causas, estados o situaciones pueden desencadenar este trastorno? La respuesta no es fácil, ya que, como todas las fobias, el motivo y trasfondo es el miedo al propio miedo.

En este caso, la amaxofobia se desarrolla en un entorno concreto bajo unas circunstancias específicas, que pueden variar desde conducir por la ciudad, trayectos largos, autovías, vías secundarias o cualquier tipo de actividad que requiera de unos simple minutos al mando de un vehículo.

El origen de este trastorno casi siempre viene de la mano de un período de inactividad de la conducción, de alrededor de unos 6 meses o más, de la persona que sufre amaxofobia, por lo que a mayor tiempo de abandono del hábito, más complicado es superar el miedo a conducir.

2. Cómo perder el miedo a conducir: causas y soluciones

Como cualquier otra fobia, los elementos que causan la amaxofobia son variados y, en muchos casos, producto de miedos individuales. La mayoría de personas que sufren este problema han experimentado situaciones de estrés al volante y cuadros de ansiedad, que además suelen venir acompañados de imágenes fatalistas y de temor a un accidente fatal. A esto se le pueden sumar otros factores materiales, como rituales o manías.

El miedo a conducir es, por tanto, fruto de una mezcla de circunstancias, exteriores y personales, que dificultan un acto tan cotidiano como el de coger el coche.

“¿Cómo quitar el miedo a conducir?” es la pregunta a la que se enfrentan tanto especialistas como conductores, y muchos psicólogos y terapeutas han puesto en marchas terapias ideadas exclusivamente para paliar este trastorno.

El miedo a conducir tiene como tratamiento terapias basadas en el pensamiento cognitivo-individual así como ejercicios de autoinstrucción, que enseñan al usuario seguir un guión para saber qué hacer y cómo proceder en los momentos clave. Un ejercicio simple basado en pequeñas victorias a base de fijar objetivos (por ejemplo conducir hasta cierto lugar, hacerlo primero en compañía y luego en solitario, a diferentes horas del día, de noche, etc.) puede tratar en unos meses esta fobia.

Al fin y al cabo, lo que se busca mediante estos ejercicios es buscar el cómo superar la amaxofobia de la manera menos invasiva y natural posible y, por conisguiente, perder el miedo a conducir de forma permanente.

3. ¿Cómo saber si se tiene amaxofobia?

Seguramente muchos conductores desconocen de qué trata dicha patología y quizás hasta de su existencia, pero esta falta de información sobre cómo superar el miedo a conducir no facilita tampoco su visibilización.

La mejor forma de salir de dudas es realizar un test de miedo al conducir, que se pueden encontrar en forma de encuesta online, o acudir a algún profesional en la materia si realmente conducir se ha convertido en una actividad insoportable.

4. Conclusión

La amaxofobia o miedo a conducir es un problema cada vez más extendido entre los conductores españoles, derivado principalmente del estrés diario, la conciencia colectiva en cuanto a la alta mortalidad en accidentes de tráfico cada año y a factores exclusivamente individuales.

Todos los miedos que sentimos se proyectan en la acción de conducir, y las condiciones externas en las que se hace la actividad (vías saturadas y en momentos de estrés, la mayoría de las veces) no hacen sino empeorarlo.

Es por ello que es necesario buscar ayuda y concienciarse de que la conducción puede ser también una actividad segura, relajada y apacible de la cual que se puede disfrutar.