Consejos para el cuidado y mantenimiento de llantas de aleación

Las llantas de aleación se consideran una de las partes más atractivas de un coche y pueden incluso aumentar su precio de venta en el mercado. Sin embargo, para aprovecharlas al máximo es vital prestarles la atención adecuada, y llevar a cabo una revisión periódica.

21.06.2018

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Las llantas de aleación están presentes todo tipo de vehículos, especialmente los coches nuevos. Si se les da un tratamiento adecuado, las llantas de aleación mejoran la estética del modelo. Pero la suciedad y la corrosión causadas por la meteorología, y los arañazos al rozar con bordillos, reducen de forma considerable la vida de las llantas. Por este motivo, muchos conductores optan por realizar pequeñas reparaciones con el fin de alargar su vida.

1. Ventajas y desventajas de las llantas de aleación

Las ventajas más destacadas de las llantas de aleación ligera respecto a las de acero son su aspecto, y que incrementan el valor del vehículo. Su desventaja es su elevado precio. Otras características que deberías considerar:

  • Peso. Las llantas de aleación originalmente deben su nombre a su peso ligero. Se considera una ventaja respecto a las llantas de acero. Hoy, sin embargo, las llantas de acero y las de aleación generalmente tienen un peso similar, por lo que no es un aspecto a tener en cuenta.

  • Estética. En este punto las llantas de aleación son impresionantes en comparación con las llantas de acero, debido a su amplia gama de modelos. Desde formas simples o deportivas, hasta elegantes diseños en color, las llantas de aleación se adaptan a todos los gustos. Si se eligen de manera personalizada, le dan al vehículo un encanto único y mejoran el aspecto general del automóvil.

  • Precio. Comparadas con las llantas de acero, las llantas de aleación, incluso en su versión más básica, generalmente tienen un precio bastante más alto. Por eso si las llantas se mantienen adecuadamente pueden llegar a incrementar el valor del automóvil.

  • Desgaste. Las llantas de aleación a menudo son más sensibles que las llantas de acero. Especialmente a las impurezas de la carretera y al polvo de los frenos, que a menudo provocan que las llantas de aleación se desgasten más rápido. Es por eso que muchos conductores usen llantas de acero en invierno, y no cambian a las llantas de aleación hasta verano.

2. Cuidado de las llantas de aluminio

La limpieza regular de las llantas de aleación evita la acumulación de suciedad, que se quema en las ruedas debido a la intensidad de la luz solar. Para un cuidado adecuado de las llantas de aluminio, existen diversos productos y herramientas de limpieza. Independientemente del producto que elijas, siempre es recomendable usar guantes.

La preparación

Las llantas de aleación deben limpiarse siempre cuando están frías. Se debe limpiar la suciedad profunda y el polvo con agua limpia. Usar una limpiadora de alta presión resulta especialmente útil, ya que también permite ablandar la suciedad más incrustada. Además, evitarás tener que restregar con un cepillo que podría dañar las llantas.

Elige el limpiador adecuado

En los comercios especializados en accesorios para coches encontrarás champú de automóviles y también limpiador especial para ruedas. Pide consejo sobre qué limpiador se adapta mejor a tu tipo de llanta. Presta atención a las instrucciones de uso y fíjate en que se trate de limpiadores libres de ácido, que no dañen las llantas de aleación. El tiempo de exposición del limpiador a la llanta también es muy importante. Es imprescindible cumplir con los tiempos marcados para lograr buenos resultados, y para evitar daños en la superficie de la llanta.

Utiliza un cepillo suave

Si las llantas de aleación están muy sucias y no puedes eliminar todos los restos, puedes usar un cepillo suave para ablandar incluso los últimos restos de suciedad. Los lugares de difícil acceso se vuelven accesibles mediante el uso de cepillos de dientes. En cualquier caso, es aconsejable no cepillar la superficie demasiado tiempo.

Sellado

El sellado posterior con una capa de pintura protege la llanta por un tiempo para evitar que se adhiera la suciedad, en la medida de lo posible, y hace que la llanta de aleación parezca nueva. Puedes hacerlo por tu cuenta. Es importante que desengrases antes la superficie, de lo contrario la pintura no se fijará de forma adecuada.

3. ¿Qué daño puede repararse?

Después de realizar la limpieza, a veces aparece un pequeño daño que no se puede eliminar solo con agua y limpiador. Como arañazos menores por el roce con bordillos u otros defectos estéticos. Estos arañazos se pueden reparar siempre que el daño alcance un máximo de un milímetro de profundidad en la base del metal, y se elimine menos de 50 milímetros de la rueda exterior. Las grietas y otros daños más allá de los que comentamos influyen en la estructura del material de la llanta. Cuando esto sucede, la estabilidad de la rueda ya no está garantizada. Por lo tanto, la soldadura, el tratamiento térmico y la torsión con un martillo no están permitidos.

Reparaciones permitidas

  • Lijado de hasta 1 mm. de profundidad
  • Pintura

Trabajos de reparación prohibidos

  • Trabajos de soldadura
  • Deformaciones traseras
  • Tratamientos térmicos

4. Repara el daño estético de las llantas de aluminio tú mismo

El daño por corrosión y el superficial que no afecta a la base del metal pueden repararse de forma sencilla. Para hacerlo, es necesario contar con los siguientes materiales:

  1. Papel de lija con diferentes tamaños de grano de 200 a 1000
  2. Cinta
  3. Paño de microfibra
  4. Limpiador neutro y algo de agua
  5. Masilla especial para llantas de aluminio
  6. Pintura para llanta (para llantas brillantes, con capa transparente)

Paso 1: Desmontaje y limpieza

Antes de empezar la reparación debes desmontar la llanta de aluminio. Ponla sobre una superficie estable, y frota con el limpiador y con agua. Deja que seque por completo.

Paso 2: Lija los arañazos

Una vez la llanta está limpia y seca puedes comenzar con la reparación. Empieza protegiendo las áreas no afectadas alrededor del daño, para no causar ningún daño adicional. El neumático también tiene que estar protegido, ya que no debe entrar en contacto con la lija o la pintura. Comienza a lijar las áreas afectadas con la lija más gruesa. Limpia con agua y con la bayeta de microfibra. Debes repetir esta acción cada vez con lijas más finas, hasta conseguir que la superficie vuelva a estar lisa.

Paso 3: Relleno y lijado en húmedo

Las grietas restantes se rellenan con la masilla especial para llantas de aluminio. Sigue las instrucciones de uso que encontrarás en el embalaje. Una vez que haya transcurrido el tiempo de secado, vuelve a lijar con un papel de lija húmedo muy fino para conseguir un resultado perfecto.

Paso 4: Pintura y montaje

Después de que todo el daño se haya eliminado superficialmente, la llanta se sella con pintura. La mejor manera de hacerlo es utilizar pintura del color de tu llanta de aleación. Para llantas mate, la aplicación de la pintura en varias capas es suficiente. Para las llantas de aluminio brillante, puedes dar el color primero en una o dos capas y luego aplicar barniz transparente como sellador. Una vez la pintura se haya secado, ya puedes montar la llanta de nuevo en el coche.

5. Reparación profesional de llantas de aleación

Una reparación y tratamiento profesional de llantas de aleación suele llevarse a cabo de manera mecánica en lugar de manual. La llanta se sujeta a una máquina especializada en este tipo de tratamientos, y se procesa mediante una técnica de rectificado rotativo, con diferentes muelas abrasivas. Finalmente, se sella con color y con una capa transparente para lograr un aspecto perfecto y para proteger la llanta de aluminio de la suciedad. Este procedimiento es más económico que comprar una llanta nueva, aunque, al igual que sucede con la reparación manual, solo se pueden eliminar los daños de hasta un milímetro de profundidad.