El incipiente consumo de coches eléctricos viene de la mano de información nueva y dudas sobre los componentes. Una de ellas tiene que ver respecto a las baterías de los coches eléctricos, uno de sus principales componentes. A continuación te contamos los detalles, en qué consisten, los tipos que existen y cuales son los problemas que presentan.
Las baterías de los coches eléctricos son el componente central de la motorización de los mismos, ya que gracias a ellas el vehículo puede recargarse con energía y posteriormente usarla para propulsarse. Las baterías, por tanto, funcionan como almacén de esa energía y a la vez como conductor de la misma.
La energía producida por las baterías alimentan el motor, el cual la transforma en energía mecánica.
El funcionamiento de las baterías se basa en un proceso complejo, fundamentalmente mediante la generación de electrones que se desplazan desde el polo positivo al negativo, y generando así el impulso necesario para mover el vehículo a través de los electrolitos generados.
También conocidas como de ión-litio, son las más populares debido a su alta densidad energética. Tienen una amplia durabilidad y menor densidad, por lo que se gana en espacio. Con el litio como componente, existen diferentes tipos de baterías que, combinadas con otros elementos químicos, son usadas también en para automóviles eléctricos.
Este componente es bastante novedoso, y los expertos ya lo consideran como el material del futuro. Es hasta 200 veces más resistente que el acero, mucho más flexible y ligero, así como un conductor excelente de la electricidad.
Es lógico pensar que su aplicación en la industria automovilística pueda ser todo un éxito, pero a día de hoy aún no ha sido implementado a los coches eléctricos en su totalidad. ¿La razón? La fabricación del grafeno en grandes cantidades altera la calidad de sus componentes, por lo que la única forma de hacer que se mantengan sus propiedades es producirlo en pequeñas cantidades.
Son baterías con una alta durabilidad, lo que las hace muy longevas en el tiempo, pero actualmente son usadas casi exclusivamente por los coches híbridos, ya que no son tan eficientes para los coches eléctricos.
Las nuevas aplicaciones de materiales recientemente descubiertos es ahora el foco de investigación de los fabricantes de baterías para coches eléctricos.
El futuro de las baterías para coches eléctricos pasa por mejorar la producción de estas. Una de las razones por las que los fabricantes no se lanzan de lleno al diseño y fabricación de vehículos más eficientes es por una sencilla razón: la escasez de baterías.
El precio de dos de los principales componentes de las baterías, el litio y el cobalto, ha incrementado hasta casi un 150 % más su precio desde que son usados para fabricar baterías de coches. Esto supone un gasto muy alto para las compañías, que además ven como los suministros de estos materiales cada vez escasean más.
Por tanto, hay varios dilemas sobre la mesa: ¿incrementar el número de fábricas de baterías? ¿Regular el precio de estos materiales? ¿Crear un consorcio?
Lo cierto es que grandes fabricantes como Volkswagen se plantean la posibilidad de crear puntos de fabricación propios que garanticen la fabricación de baterías. Y es que la demanda de coches eléctricos se ha disparado, y la infraestructura necesaria aún no es suficiente. Las futuras baterías para coches eléctricos tendrán que lidiar con esta situación.
En el caso de España, nuestro país es el segundo productor europeo de automóviles, pero se está quedando atrás en lo que concierne a los vehículos eléctricos. De los turismos que se fabrican actualmente en España, ninguno de ellos es eléctrico. Esto supone que, si atendemos a las futuras medidas que acabarán con la producción de coches diésel y gasolina, España puede quedarse fuera de las oportunidades que brinda la producción de estos modelos, y por extensión perder su ventajosa posición como país exportador de vehículos.
En conclusión, la mejora de las baterías para coches eléctricos pasa por la búsqueda de materiales más asequibles y volátiles, así como por la extensión de la red de puntos de recarga en todo el mundo. Solo de esta forma, el futuro de los coches eléctricos puede estar asegurado.